Si el picodo rojo es un problema grave en los jardines públicos aún es más complicado en urbanizaciones y jardines privados. Los propietarios tampoco dan los cuidados necesarios a las palmeras y sólo actúan cuando ya es demasiado tarde. La crisis también hace que el dinero de las comunidades para arreglos y mantenimientos vayan a otras cosas. Con este panorama se intuye que cambiarán los paisajes urbanos que cada vez se parecerán menos a los jardines de Las Mil y una Noches.

Si quiere que sus jardines sigan siendo bonitos y estén bien cuidados, sólo tiene que pedirnos presupuesto. Nosotros nos encargamos de todo.

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